IRENE GÓMEZ En el año 1958 un antropólogo peruano, José María Arguedas -escritor de culto en su país-, se instalaba durante unos meses en Bermillo de Sayago para estudiar la forma de vida de una población en la que buscaba similitudes con la tierra de sus orígenes andinos. Aquella experiencia quedó inmortalizada en un libro -«Las comunidades de España y Perú»- que con el tiempo se convertiría en una referencia para los estudiosos. Siguiendo los pasos del innovador investigador, alumnos del Máster Universitario de Antropología de Iberoamérica, que dirige el profesor Ángel Espina Barrio, recorrieron ayer algunos de los lugares por los que transitó Arguedas para escribir su tesis doctoral.
La visita a Bermillo y Muga, este año enriquecida además con Formariz, se ha convertido así en un trabajo de campo indispensable para los alumnos del Máster de Antropología. De hecho, la de ayer era la tercera expedición que dirige el profesor Espina, auténtico inspirador de esta ruta tras las huellas de José María Arguedas. Una docena de estudiantes de Brasil, Uruguay, Portugal, Gabón, Estados Unidos y España recorrieron escenarios de la comarca sayaguesa por los que transita la memoria del antropólogo peruano.
Era un día especial, por la celebración de la fiesta de San Isidro, patrón de los labradores. Y esta coincidencia permitió a los antropólogos enriquecer su visita conociendo, «in situ», una costumbre muy arraigada en la Zamora agraria como es la misa, procesión y bendición de los campos. Todo un lujo para estudiosos de antropología, una especialización que trata aspectos sociológicos y también humanísticos. «Son ritos y fiestas muy de aquí, típicas, un ejemplo de etnografía del que los alumnos puede aprender», precisa el director del Máster.
Y fue así como los estudiantes procedentes de varios puntos del mundo acompañaron al pueblo de Bermillo en una celebración tan arraigada. Entremezclados con los vecinos, tomaban notas y fotografías de un momento para ellos único. «Yo digo que los antropólogos de Salamanca son los más bermillanos de todos y el pueblo de Bermillo asume la antropología como algo natural. Nosotros tenemos que corresponder dando a conocer Sayago por los diversos países en los que estos alumnos que son hoy, algún día ejercerán su profesión como antropólogos. Ellos van a estar algún día en América o en África dando clase y van a situar en el mapa este pueblo como un ejemplo» expresa el profesor Espina. Una retroalimentación que va camino de consolidarse, al menos mientras Ángel Espina continúe como responsable del Máster, organizado de forma conjunta por las Universidades de Salamanca, Valladolid y León.
«En el temario de las asignaturas de Antropología se hacen estudios comparativos de España, Portugal y los países latinoamericanos, por eso Bermillo es un ejemplo interesante en la medida que Arguedas lo eligió para su trabajo de campo», explica el profesor Ángel Espina. En ese sentido la figura mítica de José María Arguedas «puede ser la excusa para un conocimiento más extenso de los pueblos de Castilla y León, y en concreto de la comarca de Sayago». Un interés acrecentado por la situación geográfica, a escasos kilómetros de la frontera.
Porque, al margen de la cuestión simbólica de Arguedas, la comarca sayaguesa tiene su interés antropológico; «es una zona relativamente aislada, transfronteriza con Portugal, se sitúa en la mítica Raya que también estudiamos en el Máster», apunta el profesor Ángel Espina. «Antropológicamente se está trabajando esa zona, un lugar donde la ruralidad tiene unas transformaciones interesantes» defiende el investigador de la Universidad de Salamanca.
La visita a Bermillo comenzó con una recepción en el Ayuntamiento, encabezada por la teniente de alcalde, Mª Dolores Nobre, y algunos vecinos de la villa que llegaron a conocer al antropólogo peruano, como José de Paula, memoria viva de una experiencia harto enriquecedora para los investigadores; o Lorenzo Ferrero, uno de los promotores de la asociación cultural «La Mayuela» que rescató el trabajo de José María Arguedas y organizó en el año 2011 un programa de actividades con motivo del centenario del nacimiento del antropólogo de Andahuaylas.
Tras el paso por Bermillo, los alumnos del Máster acudieron a Formariz, un pueblo singular para los estudiosos por sus tan solo cien años de vida. «Nos interesa ver el desarrollo que ha tenido desde que se creara en el año 1912; en ese sentido es un laboratorio antropológico interesante», expresa Ángel Espina. Incluso, algunos de los estudiantes del Máster proceden de pueblos creados hace un siglo, sobre todo los de Brasil, y la visita a Formariz les permitió comparar ambas experiencias.
En Formariz, la expedición universitaria conoció el lugar donde nació Justo Alejo, escritor también de referencia con el que José María Arguedas llegó a mantener contacto. El destino después les conduciría hacia un final similar. El peruano falleció en 1969 tras dispararse un tiro en la sien. El sayagués en el 1979 cayendo desde un séptimo piso del Ministerio del Aire, en Madrid. Y eso también llamó la atención de los estudiosos.
