Nuestros antiguos ex-primitivos.
La Historia que se nos enseña esta sesgada en muchos puntos, esto ha contribuido a la visión de un pasado deformado, que no va acorde a lo descubierto por la ciencia. No es solamente la Historia Prehispánica, la invasión española o la Independencia, las etapas de nuestra prehistoria también se han enseñado de forma sesgada y con una serie de prejuicios. Así la Edad de Piedra- esa etapa lejana y supuestamente de no mucho interés- ha sido tradicionalmente enseñada de una manera parcializada. Es hora que se examinen algunos de sus ítems mas tradicionales y darles un enfoque diferente, donde a la luz de las nuevas investigaciones se renueven ciertos postulados considerados tradicionalmente como correctos.
Cuando hablamos de la Edad de piedra o de la Pre historia, lo primero que se le viene a la mente a la gran mayoría de personas, es una serie de ideas estereotipadas acerca de la vida en aquella época, tal vez lo primero que nos imaginemos sean personas de ínfimo nivel cultural, desnudos o semidesnudos, y por tanto primitivos y sin una gran capacidad creativa, pero ¿realmente fue así? ¿Fueron realmente los hombres primitivos toscos y salvajes como se piensa?
A mediados del siglo XIX, las recién formadas ciencias sociales, empiezan a descubrir y rebatir las viejas teorías que empezaban a ser caducas pero que aún se encontraban firmemente arraigadas entre la población "culta" de Europa, las investigaciones prehistóricas le dan un giro de 180º a todo el conocimiento considerado sagrado, como nos dice Pericot y Maluquer:
” La prehistoria ha progresado muy rápidamente desde que hace un siglo empezó a hacerse popular, tras lograr la adhesión de científicos de prestigio, pero teniendo que luchar contra la rutina, la ignorancia y el ambiente intolerante contra las ideas evolucionistas. A uno de los autores de este libro todavía se le enseñó en las aulas universitarias que la fecha de la creación del mundo era el 4000 a.C.… (Pericot y Maluquer: 1969)
Fue así que los primeros científicos sociales arremetieron contra estas ideas mediante la doctrina llamada: Evolucionismo,
”Al juzgar a los etnólogos victorianos, no debemos olvidar que eran hombres de batalla esforzados en borrar la maldición de Adán de sus antiguos ancestros…” (Kaplan y Manners: 1981: 76)
Así para los científicos sociales de la época era obvio que los restos y esqueletos pertenecían a gente que estaba en la base de la escala evolutiva, y en su nivel más inferior en contraposición de la idea oficial de la creación del hombre.
Fue así que la ciencia del siglo XIX, apoyó e institucionalizó la idea que la cúspide de la evolución cultural era la Europa Occidental de su tiempo (sobre todo en su vertiente nor-europea) y por ende los inicios hayan sido totalmente primitivos, así se idearon una serie de postulados e ideas acerca de cómo debieron haber sido aquellos tiempos, tomaron como ejemplo de aquella etapa primitiva a las tribus de tecnología simple ubicadas en diversos puntos remotos del planeta, a los cuales se les calificaba de “salvajes” y serían como cuadros, estáticos en el tiempo sin cambio alguno, viviendo en la miseria y en la incomodidad total. Muchas de estas ideas se basaron en realidad en observaciones hechas por viajeros, misioneros, administradores coloniales o aventureros, ningún antropólogo había observado in situ las cosas, era la época de los antropólogos de salón. Fue así que se fue creando una imagen donde los europeos del S. XIX representaban la cúspide de la evolución y el progreso:
”El mundo occidental se ha sentido reconfortado por la creencia de que el progreso material nunca concluirá, como prueba de que vivir es hoy mucho más fácil para nosotros de lo que fue para nuestros abuelos, ofrecemos nuestros coches, nuestros teléfonos… Aunque reconocemos que el progreso puede ser lento y desigual… sentimos que pensándolo bien será mucho mas fácil en el futuro que en el presente. Las teorías científicas, en su mayoría, formuladas hace cien años, alimentan esta creencia… Desde la superioridad del punto de vista de los científicos victorianos, la evolución de la cultura, pareció ser un peregrinaje por una escarpada montaña desde cuya cima los pueblos civilizados podían mirar hacia abajo a los diversos niveles del salvajismo y barbarismo., que aun debían superar las culturas inferiores… (Harris: 1986, V)
Esta forma tradicional de ver el mundo sigue siendo enseñada en las escuelas quedando los estudiantes con la idea de una evolución lineal donde sin querer regresamos a la vieja idea evolucionista clásica.
Hasta ahora se pueden leer libros que tratan el tema de la manera descrita, sino veamos lo que nos dice David attenborough:
”El homo sapiens llevó tal existencia, cazando animales y recolectando frutos, semillas y raíces en todas partes del mundo durante muchos milenos. Tal estilo de vida resultó peligroso y pesado. Hombres, mujeres y niños se exponen al escudriñamiento implacable de un ambiente impersonal. Los lerdos y los necesitados propenden a ser matados por los predadores, los débiles pueden perecer de inanición, los viejos pueden no sobrevivir al tormento de la sequía. Aquellos cuerpos que estaban mejor por azares de la variación genética, mejor dotados para tales condiciones se hallaban en mejor situación sobrevivieron y se reprodujeron, trasmitiendo esta ventaja a su descendencia. (Attenborough: 1981:304)
La exageración acerca de la forma de vida de los cazadores- recolectores también ha estado presente en los textos referentes a los primeros habitantes del Perú. Así por ejemplo encontramos:
”…Los primeros pobladores fueron nómades, que recorrían las fragosidades de nuestra geografía en busca de alimentos. Carentes de toda organización social y política, no tenían otra motivación que no fuera la recolección de frutos y plantas silvestres y la practica incipiente de la caza y la pesca. Albergándose en las cuevas que encontraban a su paso, enfrentándose unos a otros por la posesión transitoria del territorio que depredaban, es probable que a lo largo de milenios no tuvieran otras preocupaciones que las que impone el instinto. Muy lenta debió ser la evolución y enriquecimiento de su lenguaje. Igualmente escasos debieron ser los elementos culturales de estos primeros habitantes de lo que hoy es el territorio del Perú…” (Bonilla: 1983, pgs. 10,11)
Nótese que en las líneas anteriores se describe la vida de los cazadores recolectores guiada completamente por los instintos, con una cultura material pobrísima, y sin organización social ni política, sin embargo en la actualidad esa idea no se podría sostenerse pues a pesar que puede ser cierto que el territorio de lo que ahora llamamos Perú, se presentaba como nuevo y hostil para gente que lo pisaba por primera vez, los primeros pobladores no eran nada novatos -pues tenía miles de años de experiencia acumulada- en la obtención de alimentos y en organizarse para este fin. Todo grupo humano tiene algún tipo de organización, pues sin organización social donde se distribuyan y coordinen funciones la sobrevivencia se hace imposible.
Fue asi como por muchos años se saco la conclusión que el modo de vida de los cazadores- recolectores era terrible y que la agricultura fue la tabla de salvación de la humanidad. Pero Harris nos dice:
” Los victorianos exageraron la pobreza material de los así llamados salvajes y al mismo tiempo inflaron los beneficios de la “civilización” industrial. Representaron la Edad de Piedra como una época de grandes temores e inseguridades, en que la gente pasaba los días en una incesante busca de alimentos y las noches amontonados alrededor del fuego, en cuevas incomodas acosados por tigres de dientes de sable. Sólo cuando se descubrió el secreto de la siembra de cosechas, nuestros antepasados “salvajes”, tuvieron tiempo libre para establecerse en aldeas, construir viviendas confortables. Solo entonces pudieron almacenar excedentes alimenticios y contar con tiempo para pensar y experimentar nuevas ideas. Esto a la vez supone que condujo a la invención de la escritura, a las ciudades, a los gobiernos organizados. Y al florecimiento del arte y la ciencia. (Harris: 1986: v)
El antepasado que nadie deseaba: El neandertal.
Este es el titulo del primer capitulo de un libro de arqueología, en el cual se muestra que éste fue considerado total y absolutamente primitivo.
”Neanderthal. La palabra es bastante familiar. La mayoría de la gente de hoy tiene la vaga idea de que se refiere a un patán de andar vacilante y arcos superciliar es prominentes, que vagaba durante la era glaciar y que vestía pieles andrajosas y hablaba con gruñidos, deteniéndose de vez en cuando para golpear con una maza la cabeza de una mujer y luego arrastrar a esta hasta la caverna. Corrientemente la palabra constituye un insulto mordaz .Llamar a alguien neanderthal es casi una difamación…”
(Arqueología de las primeras civilizaciones. Orígenes del hombre)
En la actualidad se ha demostrado que el neandertal no ha sido tan primitivo como parecía:
”Aunque diferentes al hombre actual, los hombres de Neandertal eran sin embargo suficientemente humanos de mente y cuerpo para merecer nuestra denominación específica del hombre moderno, homo sapiens. Aun más, hay muchos datos nuevos con que se demuestra que algunos neanderthales – quizás todos ellos-fueron nuestros ancestros inmediatos y que transportaron la antorcha de la evolución durante los milenios que van desde 250000 años hasta hace 35000. A lo largo de este periodo extendieron considerablemente el territorio ocupado por el hombre, idearon ingeniosos utensilios de piedra para explotar la naturaleza y abrieron las puertas al mundo de lo sobrenatural. En pocas palabras eran antepasados de los cuales debemos sentirnos orgullosos.”(Ibídem, 19)
Sin embargo el error persiste y como aparece en la cita no hay mayor problema en ver al neanderthal como un salvaje, preservándose una idea que ya esta totalmente desfasada:
“En el pasado, los científicos pensaban que existían grandes diferencias entre el hombre de Neandertal y del hombre moderno. Esta suposición se basaba en una reconstrucción defectuosa de un esqueleto de Neandertal que presentaba las rodillas dobladas y una forma de andar con la cabeza baja y los brazos caídos. Esta reconstrucción dio la impresión general, aunque errónea, de que el hombre de Neandertal era un individuo rudo de escasa inteligencia que vivía de forma tosca.”
("Neandertal." Microsoft® Encarta® 2006 [CD]. Microsoft Corporation, 2005.)
A pesar que esta información esta a disposición de cualquiera que la busque sin embargo parece que los colegios y hasta las universidades no transmiten eficientemente los nuevos (muchos de ellos ni tan nuevos) avances científicos, ¿desde hace cuanto se conoce esto?
Estas ideas empezaron a desvanecerse a partir de 1955, fecha en la que diversos científicos expresaron la opinión de que la postura encorvada descrita anteriormente por un científico, era incorrecta pues según adujeron incluso los niños que aprenden a andar o los monos que se sostienen sobre sus patas posteriores son totalmente erguidos. Pero el principal cambio se produjo en 1957, cuando dos anatomistas inspeccionaron por segunda vez y más detenidamente el fósil fue así que llegaron a la conclusión que el hombre de neandertal era humano bajo todos los aspectos y escribieron.
”Si pudieran reencarnarse y le colocáramos en un paso subterráneo de Nueva York, con tal que estuviera lavado, afeitado y vestido con ropas modernas , no cabe duda de que no llamaría mas la atención que cualquiera de los demás habitantes.” (Ibídem: 27)
Tenemos que empezar a entender que en realidad los seres humanos de la actualidad no son necesariamente mejores que nuestros predecesores ni que necesariamente lo moderno es sinónimo de bienestar.
Nuestro antepasado mal conocido: El hombre prehispánico de la costa central.
Parte de esta corriente denigratoria ha venido también a enlodar nuestra percepción sobre el antiguo Perú. A pesar de las muchas veces machaconas repeticiones acerca de lo avanzados que fueron los pueblos pre hispánicos que habitaron nuestro país aún no hay una idea clara, para el público en general, acerca de cuan avanzados eran y en qué eran avanzados; es decir aún la gran mayoría solo tiene ideas vagas acerca de los avances culturales de los habitantes del antiguo Perú.
Hablar de canales, valles artificiales aún le suena a fantasía a muchos peruanos
, salvo las grandes culturas como mochicas, chimúes e Incas aun es muy difícil que la gente reconozca un merito tecnológico a la generalidad de las culturas andinas. Y el escepticismo crece si se habla de una zona y una cultura no tan conocida (para el público en general no para los arqueólogos) como es la costa central y los Ichma. ¿Líneas? Las de nazca. ¿Canales? la de los mochicas. Pocos son los que conocen que al fondo de la quebrada Canto Grande, en la comunidad Campesina, anexo 22, se encuentran parte de un conjunto de líneas miles de años mas antiguas que las de Nazca o que lo que ahora es la zona baja de San Juan de Lurigancho era un valle artificial que existía gracias a la presencia de un canal que llevaba el agua del río Rímac, subiendo el cerro sin ayuda de ningún motor.
Nuestro pasado debe ser visto con nuevos ojos, cerca de casa los antiguos peruanos dejaron muestras de inteligencia y sapiencia, si seguimos permaneciendo ciegos a esto estamos denigrando la inteligencia de nuestros ancestros y acortando nuestra perspectiva de futuro.
BIBLIOGRAFIA.
Attenborough David, La vida en la tierra, Fondo Educativo Interamericano, EEUU, 1981
Harris Marvin, Caníbales y reyes, Los orígenes de la cultura, Salvat Editores, Barcelona, 1986
Kaplan, David y Robert A. Manners. Introducción crítica a la antropología, Editorial Nueva Imagen, México, 1979.
Pericot y Maluquer, La Humanidad Prehistórica, Salvat Editores, Madrid, 1969
Lewellen Ted C. Introduccion a la Antropologia Política, Editions bellaterra, 2000